viernes, 13 de noviembre de 2009

Nota: Centro de Salud Cecilia Grierson

CENTRO INTEGRAL DE VILLA LUGANO

Esperando por un sueño


Aunque fue inaugurado en junio, el edificio, que funciona en el predio del Parque de la Ciudad y está proyectado para ser un hospital, tiene serias carencias de funcionamiento. Entre otras cosas, faltan paredes de plomos para aislar las salas de rayos.

POR NADIA BILOTTA
Hace 23 años comenzó la ilusión entre los habitantes de Villa Lugano por tener su hospital propio, parecía que en 2009 ese sueño se haría realidad, el Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, junto con su compañera de fórmula de ese entonces, Gabriela Michetti, cortaron la tan anhelada cinta de inauguración que les daría a los residentes del Sur un centro de salud integral llamado “Dra. Cecilia Grierson”, ubicado entre las calles Avenida Cruz y Escalada, no un hospital.
Todo parecía color de rosas. El lugar es hermoso y muy prometedor. Por eso, “Escalones” se hizo presente cuando un rumor oscuro azotó aquel sueño que parecía estar concretado y confirmó con el director del lugar que el proyecto no funcionaba como se esperaba. “Estamos trabajando como podemos, nos arreglamos con lo que hay”, afirmó el médico, y agregó: “Todavía le falta mucho para satisfacer las necesidades del barrio y la gente”.
La realidad es gris: el hospital está mal llamado, de tal sólo tenía las ganas, era otro centro de salud más, con ambiciones de crecer, pero sin alguien que lo alimentara. Está equipado con la mayor tecnología de todos los centros asistenciales porteños del mismo calibre, pero faltan detalles. Por ejemplo, paredes de plomo para radiología, adaptadores para las maquinas de extracción de sangre, luz eléctrica, agua corriente, teléfono, ambulancias e insumos tan simples como sellos que permitan darle importancia a órdenes médicas. Detalles que impiden el funcionamiento del lugar y hace inútil su presencia en el barrio de Villa Lugano.
Este edificio iba a ser el sustento sanitario de Lugano, Villa Celina, Villa Riachuelo y Soldati, que se caracterizan por la falta de ayuda hospitalaria. Además, la emergencia sanitaria es un fantasma que ronda por encima todo el tiempo. Hoy, los vecinos de las zonas afectadas reclaman una respuesta, quieren que este emprendimiento no se convierta en el “Elefante Blanco” dos.
El ruido del pueblo llegó a “CQC”, que investigó que el dinero otorgado a este proyecto era la módica suma de $50.000.000 y que sólo se utilizaron $650.000, lo que genera una pregunta: ¿Adónde fueron a parar esos $49.350.000?
Pasaron varios meses. El Ministerio de Salud, según un funcionario que habló con “CQC”, se comprometió a solucionar estos eventuales defectos y prometió que los damnificados ya no tendrán que ir al Santojanni o al Piñeiro porque dentro de un mes contarán con su aclamado hospital en Villa Lugano.
Los habitantes de la zona continúan esperando que esto no se convierta en otra promesa más, ni que se vuelva un caballito de batalla que sólo trote en época de campaña política. La realidad golpea día a día al Sur de Buenos Aires, los chicos sufren de bajo peso, el nivel de mortalidad es de 12 x 1000 (casi igual que en Jujuy), hay embarazos adolescentes por doquier y simplemente gente que no posee prepaga ni obra social y necesita de un lugar público que cubra sus necesidades como fue prometido hace 23 años.


El Elefante Blanco, un
antecedente peligroso


En Villa Lugano no es la primera vez que la promesa de un hospital no se cumple. A unas pocas cuadras del nuevo Centro Integral de Salud está el esqueleto de un hospital construido bajo el gobierno de Juan Domingo Perón, que iba a ser el más grande de Latinoamérica, pero no llegó ni a ser un inmueble completo.
Es conocido como "El Elefante Blanco" y está ubicado en una de las zonas más carenciadas del barrio, dentro de la villa 15, también llamada "Ciudad Oculta". Hoy está lejos de ser un hospital. En cambio, es un refugio tomado como vivienda para cientos de familias sin techo, y solamente su sótano y una parte de su primer piso es utilizado como centro comunitario.
Hoy, este edificio sin terminar está en manos de las Madres de Plaza de Mayo, quienes tienen la cesión de los terrenos por parte del gobierno actual para mejorar su estado y ayudar a quienes viven allí.

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